Beneficios del ajo
ALIMENTACIÓN

Los ilimitados beneficios del consumo habitual de ajo

Los inicios del ajo.

Ya sabrás que el ajo es una planta. Lo que quizás no sabías es que el ajo forma parte de la misma familia de plantas que la cebolla y el cebollino. El ajo es originario de Asia Central y se ha vuelto cada vez más popular en Europa a lo largo de los años.

Se cree que el ajo se descubrió gracias a las rutas comerciales a través de Asia Central y, de ahí, se distribuyó por todo el mundo. El ajo se usa principalmente como condimento, pero además del sabor, también dispone de otros muchos beneficios.

El crecimiento y la floración del ajo.

El ajo crece bajo tierra y se nutre del suelo. Del bulbo crece un tallo con hojas e incluso una flor, la cual se acaba cayendo para que toda los elementos nutritivos se concentren en el bulbo. Para cultivar nuevos bulbos, solo necesitas poner un diente de ajo en el suelo, de él crecerá un bulbo completamente nuevo.

Hay muchos tipos diferentes de ajo que tienen un sabor diferente o una apariencia ligeramente diferente. El ajo es rico en vitaminas y minerales.

Los beneficios del ajo explicados.

Existen bastantes evidencias científicas de que el ajo tiene muchos beneficios para la salud. Por ejemplo, la planta no solo contiene vitaminas y minerales, sino que también tiene muchos efectos beneficiosos en nuestro organismo. Por un lado, el ajo apenas tiene calorías.

Y aunque los necesitamos para obtener energía, hay muchos otros alimentos que contienen calorías. Además, el ajo contiene diversas vitaminas como las vitaminas B1, B6 y C, y minerales como calcio, fósforo, cobre, manganeso y selenio. ¿Qué hacen estas vitaminas en el cuerpo?

Las vitaminas del ajo

La vitamina B1 también conocida como tiamina, se encuentra presente en el ajo y está estrechamente relacionada con el suministro de energía del cuerpo. La tiamina tiene un efecto beneficioso sobre los músculos del corazón y el sistema nervioso. La vitamina B6 también es soluble en agua y esta vitamina juega un papel en la digestión  así como en la producción de glóbulos rojos, y la descomposición y construcción de aminoácidos.

Indispensable: vitamina C.

El ajo también posee vitamina C, la cual como las vitaminas B1 y B6, es soluble en agua. Esta vitamina es una de las más beneficiosas, y esto se debe a que, como la vitamina E, es un antioxidante. La vitamina C combate los radicales libres en el cuerpo que pueden causar enfermedades como el cáncer. También asegura un buen funcionamiento del sistema nervioso, huesos, unos dientes sanos y una piel fuerte.

El importante efecto de los minerales.

Al igual que las vitaminas, los minerales son de gran importancia para el organismo. Aunque nuestro cuerpo no necesita demasiados, es importante obtener una cierta cantidad por día. El calcio, por ejemplo, es de gran importancia para huesos y dientes fuertes. 

El fósforo trabaja en estrecha colaboración con el calcio y también es en parte responsable de los huesos, pero también del metabolismo energético del cuerpo. El manganeso también está involucrado ya que forma parte de las enzimas que hacen posible este proceso. El cobre participa en la producción de tejido conectivo y el selenio asegura que la glándula tiroides continúe funcionando correctamente.

Estos son los otros beneficios para la salud.

Sabemos cómo funcionan las vitaminas y los minerales, pero ¿cuáles son los beneficios concretos para la salud que aporta el ajo? El ajo contribuye a la salud ósea debido a que aporta calcio y fósforo. Además, se ha demostrado cuando se aplica en dosis altas, que el ajo ayuda a reducir la presión arterial. También tiene un efecto beneficioso sobre los niveles de colesterol, teniendo un efecto aparente sobre el colesterol LDL.

Enfermedades como el resfriado común se pueden combatir con ajo, ya que una dosis diaria de ajo estimula el sistema inmunológico. El ajo también puede mejorar el rendimiento deportivo y los antioxidantes de esta planta contrarrestan la aparición de demencia.

Cómo consumir el ajo.

Hay muchas formas de preparar el ajo. Por ejemplo, puedes cortarlo en trozos muy pequeños para un sofrito, comerlo crudo, untarlo en el pan,… Cuando pelas un ajo, te encontrarás una película transparente sobre el diente, que debes quitar antes de cortarla. Si usas una prensa de ajo, esta película se quitará por sí sola.