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LIFESTYLE

Lo que deberías saber sobre tus senos pero nadie se atreve a contarte

Tienen un sinfín de apodos, puedes vestirlos con los sujetadores más bonitos, y cambiar su talla y forma en cualquier momento. Nos estamos refiriendo a los senos. Y es que hay tanto que contar sobre este órgano femenino tan maravilloso que necesitaríamos meses. Sin embargo, el problema está en que hay muchas cosas que no se cuentan o no se cuentan con suficiente frecuencia y que deberíamos saber. Es por ello que te traemos algunas cosas que no deberías ignorar por más tiempo y que nadie se atreve a contarte. ¿Preparada?

1. Un pecho siempre es más grande que el otro

No hay ninguna mujer cuyos senos tengan exactamente el mismo tamaño. Es difícil ver las diferencias a simple vista pero si comparamos detenidamente los dos te darás cuenta de que no son iguales. Por lo general, el volumen del tejido mamario es diferente y la elasticidad de la piel también puede generar diferencias entre uno y otro, por lo que tus senos nunca se verán exactamente iguales.

2. El crecimiento de vello cerca de los pezones es muy normal.

El pelo largo y negro que suele crecer cerca de los pezones es algo muy común y de lo más normal. Puede que sea el último lugar en el que quieras ver crecer pelo pero, al igual que sucede en la cabeza, debajo de las axilas o en las piernas, también hay bolsas de pelo alrededor de los pezones. Estos pelos crecen a partir de las glándulas grasas de la areola. Puedes simplemente cortarlos, sácarlos suavemente con unas pinzas o simplemente dejarlos si no se notan mucho.

3. Antes de la menstruación, tus senos pueden tener un tamaño de copa más grande.

Tus senos son de un tamaño de copa más grandes antes de tu período que el resto del mes. Y esto tiene una explicación. Las glándulas mamarias (las mamas) son sensibles a los cambios cíclicos y están influenciadas por las hormonas que regulan el ciclo menstrual, el embarazo y la menopausia. Alrededor del ciclo menstrual, tu nivel hormonal cambia, algo que inevitablemente se nota en sus senos. Esto puede hacer que los sientas tensos o doloridos.

4. Puedes trabajar un poco tus pechos para luchar contra la gravedad.

Con los años, la elasticidad de la piel y el tejido muscular disminuye, lo que hace que los senos caigan (ligeramente). Es evidente que no puedes detener la gravedad por completo, pero si que puedes luchar contra ella. El entrenamiento regular de los músculos del pecho, la espalda y el cuello es la calve para mantener tus senos más firmes durante más tiempo. La natación también es eficaz, al igual que los masajes y las duchas alternas de agua caliente a fría. Y no olvides llevar un sujetador de la talla adecuada. Aproximadamente el 70% de las mujeres usan la talla de sostén incorrecta.

5. El mejor momento para examinarse las mamas es una semana después del primer día de la menstruación.

Los senos cambian a lo largo de la vida de la mujer y también durante el ciclo menstrual. Los senos son menos sensibles aproximadamente una semana después del primer día de la menstruación, y suelen serlo más sobre todo a la ovulación y a la menstruación, dado que en esos momentos tienen más sangre y, por lo tanto, se sienten más llenos y, a veces, pueden llegar a doler.

En estas semanas tan sensibles, el tejido glandular suele ser un poco más pronunciado y con más baches, que es cuando hablamos de bultos. Los quistes también pueden emerger con mayor claridad durante estas semanas. Vemos lo mismo durante los embarazos y alrededor de la menopausia. Si sientes algo raro, por lo general es aconsejable esperar un ciclo y ver qué sucede. Si los síntomas persisten debes acudir a tu médico.

6. Tus senos no son los mismos después del embarazo

No solo durante la pubertad puedes experimentar un cambio en tus senos, también durante el embarazo. En preparación para la producción de leche después del parto, se desarrolla el tejido glandular. La mayoría de las mujeres tienen los senos doloridos y tensos como resultado y tienen que comprar un sostén una o varias tallas más grandes.

Después del parto, una cantidad adicional de sangre y líquido linfático va al tejido glandular de las mamas, también llamado congestión. Si no amamanta o deja de amamantar, el tejido glandular se acaba encogiendo. A menudo son más débiles y más pequeños. Por todo esto tiene sentido que tus senos sean diferentes después del parto que antes.

7. El tamaño de tus senos no tiene nada que ver con el tamaño de sus pezones.

¿Los senos pequeños tienen pezones pequeños y viceversa? En absoluto. El tamaño de tus pezones no tiene nada que ver con el tamaño de tus senos. Y así como no todos tienen los mismos senos, no todos tienen los mismos pezones. Pezones peludos, pezones invertidos, pezones que pican, grandes, pequeños o pezones agrietados. No hay una regla exacta y cualquier pezón puede acompañar a cualquier pecho.