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6 increíbles beneficios para la salud del agua potable

Además de una dieta adecuada, beber agua es algo fundamental para estar sano y en forma. Además de las proteínas, los carbohidratos y las grasas, puede decirse que el agua es un cuarto macronutriente y debe ser la base de su ingesta de líquidos.

¿Pero por qué? ¿Qué propiedades hace que el agua sea tan especial? Te enumeramos las 6 razones más importantes por las que beber mucha agua es esencial para tener un cuerpo sano.

1. El agua nos aporta energía.

El agua es indispensable como combustible para tu cuerpo. Sin comida, los seres humanos podemos sobrevivir por un tiempo. Sin embargo, sin agua sería imposible hacerlo más de 4 días. Una deshidratación de ‘solo’ un 2% puede provocar una pérdida de energía de hasta un 20%, ojito con esto.

Idealmente, consumimos 3 litros de agua todos los días a través de la comida y la bebida. Una buena pauta es beber un vaso de agua a temperatura ambiente al menos cada hora durante el día. Lo ideal es consumir al menos 2 litros al día.

2. Ayuda al funcionamiento óptimo de sus órganos.

En torno a un 70-75% de nuestro cuerpo esta formado por agua, estando parte de ese agua en nuestra sangre. La otra parte es necesaria para el funcionamiento de nuestros órganos, incluidos el hígado, el cerebro, el corazón, los pulmones, los músculos y los huesos. La escasez de agua supone un riesgo para el correcto funcionamiento de estos órganos. Así es que no descuides tu consumo de agua!

3. Mejora la circulación sanguínea.

Uno de los grandes beneficios del agua es que ayuda a que la sangre sea más líquida y circule mejor. Y cuanto mejor circule, mejor podrá su cuerpo transportar nutrientes y productos de desecho. Cuanto más espesa o fluida sea la sangre, más difícil será el suministro y la eliminación de esas sustancias.

Los perjuicios de la falta de agua en su organismo son fatiga, dolores de cabeza y una sensación de «falta de claridad». Para empezar bien el día, bebe agua inmediatamente después de levantarse. Te aseguramos que tu cuerpo irá más rápido de lo habitual.

4. Mejor agua que refrescos. 

Es cierto que la variedad de refrescos en el mercado es bastante amplia. Según recorremos el supermercado podemos encontrarnos zonas enteras llenas de refrescos de una variedad de sabores inimaginables. Además del hecho de que los refrescos contienen muchos azúcares ocultos y edulcorantes sintéticos , están llenos de fósforo; un mineral con un fuerte efecto acidificante. ¡No es sin razón que puedes hacer que las uñas oxidadas vuelvan a brillar como nuevas con cola !

Casi nadie tiene una deficiencia natural de fósforo. Más bien, hay demasiado, dando lugar a acidificación en nuestro organiso. Además, el fósforo dificulta la acción de otros minerales . Por estas razones lo ideal es mantener los refrescos al mínimo y, en su lugar, optar por un calmante saludable como puede ser el agua. Puedes añadirle un poco de menta, limón, pepino o frambuesa para darle un toque más sabroso de forma rápida y sencilla.

5. El agua desintoxica.

Ya escribimos anteriormente que el agua transporta nutrientes y productos de desecho por nuestro organismo. Estos residuos incluyen las llamadas sustancias «tóxicas», que son sustancias extrañas que pueden afectar a la buena salud. Es por ello que tu cuerpo busca deshacerse de ellos lo antes posible.

Piensa en metales pesados, nicotina, pesticidas, alcohol… Beber suficiente agua ayuda a deshacerse de estas toxinas y limpiar su cuerpo. ¡No existe un plan de desintoxicación más simple y económico!

6. Prevenir la acidificación.

El agua es una sustancia muy neutra que ayuda a prevenir la acidificación. Su cuerpo trabaja permanentemente por conseguir buen equilibrio adecuado entre los ácidos y las ‘bases’ (no ácidos). La acidez, también expresada como un valor de pH, es diferente según la zona del cuerpo. Por ejemplo, su estómago es mucho más «ácido» que sus intestinos o su sangre.

Su cuerpo naturalmente quiere mantener los valores de pH lo más estables posible. El agua, las verduras y las frutas ayudan con esto, en parte debido a la presencia de minerales no acidificantes como sodio, calcio, potasio o magnesio.