
Dieta mediterránea, un arma poderosa contra el envejecimiento según un estudio
El proceso de envejecimiento suele asociarse con un deterioro constante y gradual de las funciones corporales, y con un aumento simultáneo del nivel de inflamación general. La alteración de la microflora intestinal generada por la dieta mediterránea ayuda a reducir la tasa de envejecimiento.
La ciencia y la medicina son conscientes de la conexión entre la microflora intestinal y el trabajo de los órganos del cuerpo, incluidos los músculos y el cerebro. Son estos órganos de nuestro cuerpo los que sufren principalmente el envejecimiento.
Un grupo de científicos de 5 países decidió estudiar los efectos de la dieta en la microflora intestinal para reducir el deterioro de la salud con el envejecimiento. La dieta mediterránea fue elegida como la dieta más saludable reconocida por la ciencia.
La relación entre la nutrición y la tasa de envejecimiento.
Estudios anteriores han demostrado que una nutrición deficiente o limitada, que a menudo es común entre las personas mayores, especialmente aquellas que están en el hospital o en casa durante mucho tiempo con enfermedades crónicas, conduce a un grave deterioro en la composición de la microflora intestinal .
El envejecimiento da lugar a alteraciones en la composición de la microflora y de los tipos de bacterias beneficiosas presentes en el intestino, lo que contribuye a un incremento de la inflamación general y reduce la esperanza de vida, aumentando el riesgo de desarrollar enfermedades.
Los científicos han decidido ver si la dieta mediterránea puede mantener una flora intestinal saludable en los adultos mayores y ayudar a mantener o incluso propagar las bacterias beneficiosas que están asociadas con una tasa de envejecimiento lenta.
La dieta mediterránea mejora la fuerza muscular y la función cerebral a medida que envejecemos.
Para demostrar los beneficios de la dieta mediterránea se realizó un estudio a 612 personas de entre 65 y 79 años, los cuales se dividieron en dos grupos, aproximadamente del mismo tamaño. Un grupo de personas siguió la dieta mediterránea durante 12 meses y el otro grupo consumió sus alimentos habituales.
La dieta mediterránea es rica en frutas, verduras, frutos secos, legumbres, aceite de oliva y pescado, y es baja en carnes rojas y grasas saturadas. Los participantes en el experimento vivían en 5 países diferentes: Francia, Italia, Holanda, Polonia y Reino Unido.
Se sabe que el envejecimiento está asociado con una disminución de la diversidad bacteriana en la microflora, el crecimiento de tipos dañinos de bacterias que contribuyen a la producción de citocinas inflamatorias. Por el contrario, un cambio en la composición de la microflora beneficiosa contribuye a un cambio en varios indicadores del envejecimiento: una mejora en la fuerza muscular, como la velocidad al caminar o la fuerza de agarre, así como una considerable mejora en la memoria .
La dieta mediterránea modifica nuestra microflora intestinal.
Como resultado del experimento, los científicos analizaron la microflora intestinal de aquellas personas que siguieron la dieta mediterránea. El resultado fue un aumentó de la cantidad de bacterias que producen ácidos grasos de cadena corta así como una disminución de la cantidad de bacterias involucradas en la producción de ciertos ácidos biliares, disminuyendo de ses modo los riesgos de desarrollar cáncer de intestino, resistencia a la insulina, hígado graso y aumento del número de células grasas.
Estos cambios positivos en la microflora se debieron en gran parte a un aumento de la fibra dietética y de las vitaminas y minerales relacionados: vitamina C, vitaminas B6 y B9, cobre, potasio, hierro, manganeso y magnesio.
Los cambios positivos no dependieron de la edad o el peso de la persona (índice de masa corporal), que se sabe que afectan a la composición de la microflora. Aunque al inicio del experimento, personas de diferentes países mostraron diferencias en la composición de la microflora intestinal, la adherencia a la dieta mediterránea durante 12 meses condujo a resultados positivos muy similares, independientemente del lugar de residencia y nacionalidad .
Sin embargo, los científicos advierten de que la efectividad del cambio a la dieta mediterránea puede ser diferente según las personas debido a la existencia de varios factores, como la edad, el índice de masa corporal, una lista de enfermedades crónicas o la composición de aquellos alimentos que se consumían previamente. Algunas personas pueden necesitar seguir la dieta mediterránea durante más tiempo para obtener los mismos beneficios.
Algunas personas mayores pueden tener problemas dentales o dificultad para tragar los alimentos, por lo que no siempre es posible cambiar a una dieta mediterránea. Sin embargo, la formación de una microflora saludable puede ser el fármaco ideal para ayudar a reducir la tasa de envejecimiento del cuerpo.

