Rechazo social y agrasión
LIFESTYLE

Un estudio confirma la existencia de un vínculo entre rechazo social y agresión.

Las personas que se sienten socialmente rechazadas tienen más probabilidades de ver las acciones de los demás como hostiles y tienen más probabilidades de comportarse de manera agresiva hacia los demás.

Un nuevo estudio parece haber confirmado el vínculo entre la exclusión social y las agresiones al mostrar que las personas que se sienten socialmente rechazadas tienen más probabilidades de ver las actos de los demás como hostiles. Además, es más probable que se comporten de manera hiriente hacia personas que nunca han conocido.

Para este estudio, el autor principal, C Nathan DeWall, PhD, de la Universidad de Kentucky, realizó cuatro experimentos separados con 190 participantes, todos ellos estudiantes universitarios.

En estos experimentos los participantes tenían que completar una prueba de personalidad, tras la cual, recibieron comentarios falsos sobre los resultados del mismo.

A un tercio de los participantes, el grupo excluido, se les dijo que debido a los rasgos de su personalidad, lo más probable es que terminaran solos en la vida. Al resto de los participantes, al grupo de control, se les dijo que tendrían muchas relaciones duraderas y significativas o simplemente no se les dijo nada.

Posteriormente todos los participantes tenían que leer un ensayo personal, supuestamente escrito por otro participante a quien no conocían.

Dicho ensayo trataba sobre un evento, en el cual el autor hablaba sobre una serie de acciones a llevar a cabo, algunas de las cuales dada su naturaleza, podían ser percibidas como asertivas u hostiles.

Los participantes tenían que leerlo y mostrar su impresión acerca de dichas acciones. También se les dijo que el autor estaba para un puesto de asistente de investigación y se les preguntó si pensaban que esta persona sería un buen candidato en base a lo que habían leído.

Los investigadores encontraron que los participantes a quienes se les dijo que iban a tener una vida solitaria percibían las acciones del autor como significativamente más hostiles, y dieron una evaluación mucho más negativa que las de los grupos de control.

En otro experimento, 32 estudiantes se sometieron a la misma evaluación de personalidad falsa y calificaron el mismo ensayo del experimento anterior. Nuevamente, a algunos se les dijo que llevarían una vida solitaria, mientras que otros fueron asignados a los grupos de control.

Esta vez, se hizo creer a los participantes que estaban jugando a un juego de ordenador con otra persona a la que no podían ver y que nunca habían conocido.

Durante el juego, el perdedor de cada prueba se vio obligado a escuchar el ruido de una explosión a través de los auriculares. Los participantes ganadores podían establecer el nivel de intensidad y la duración del ruido que enviarían al perdedor.

Los resultados fueron que aquellos a quienes se les dijo que iban a tener una vida solitaria enviaron un mayor nivel de ruido que aquellos de los grupos de control cuya vida iba a ser bastante buena.

“En todos los experimentos, los participantes que experimentaron alguna forma de rechazo social actuaron de manera similar. Esto sugiere que estas personas que se sienten traicionadas por otros pueden llegar a ver las acciones neutrales como hostiles lo que genera que se acaben comportando mal con los demás”, dijo DeWall.

El estudio aparece en la edición de enero de la Revista de Personalidad y Psicología Social.

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