
Azúcar y envejecimiento de la piel.
¿Es cierto que el azúcar genera arrugas? Pues mucho me temo que sí, es totalmente cierto. De hecho, sabemos que demasiada azúcar no es saludable para nuestro cuerpo, pero además el azúcar también influye en el proceso de envejecimiento de la piel. Por tanto si queremos cuidar nuestra piel vamos a tener que alejarnos de los azúcares.
¿Qué le hacen los azúcares a nuestra piel?
El azúcar daña mucho el colágeno de la piel. A esto se le llama ‘Glicación’, que es un proceso por el cual el azúcar se une a las proteínas de colágeno y de elastina, que son aquellas encargadas de mantener nuestra piel flexible y joven, endureciendo las fibras elásticas y haciendo que nuestro tejido sea más rígido y menos elástico. El resultado: Más arrugas y piel más flácida.
¿Cómo se previene el envejecimiento de la piel por glicación?
Mucho me temo que la prevención al 100% de la glicación no es posible. El azúcar se encuentra en muchos productos, incluidos productos saludables como la fruta.
Por lo tanto, lo único que se puede hacer es reducir la ingesta de productos azucarados y ceñirse a las dos piezas de fruta recomendadas por día. No hay necesidad de abolir la fruta por completo dado que la fruta está llena de antioxidantes, que ayudan a retrasar el envejecimiento de la piel.
¡Consejos para limitar el azúcar!
– Comer menos dulces. Si normalmente sueles comerte una galleta o un dulce a cierta hora, reemplácelo por una pieza de fruta, nueces o un trozo de pepino.
– Moderación con el alcohol. ¡El alcohol contiene mucha azúcar!
– Reduce el azúcar en café y té.
– Cuidado con los productos light. Incluso si crees que lo estás haciendo bien, a menudo la gente toma porciones más grandes de estos productos pensando que no engordan o que son más sanos y lo que acabas haciendo es consumir la misma cantidad de azúcar que si tomáramos productos normales.
– Consume productos integrales. Estos productos contienen muchos más minerales, vitaminas y fibra. Esto te asegura llenarte antes y que tengas que comer menos, ingiriendo por tanto menos azúcar.
Pero tampoco seas demasiado estricta… Si te apetece un postre o un buen pedazo de pastel, hazlo y no te sientas culpable por ello. Las cosas con moderación bien hechas están.

