
¿Qué es la meditación?
Coge las llaves de casa del bolsillo, lánzalas al aire y recógelas de nuevo. En el momento en el que vuelan por el aire, tus ojos las siguen y de nuevo las coges al caer, estarás experimentando el estado de conciencia meditativa. Estás libre de pensamientos y no experimentas ninguna tensión sobre lo que tienes que hacer o lo que acabas de hacer. La esencia de la meditación es ni más ni menos que prestar toda tu atención a la experiencia del momento presente.
En teoría, la meditación parece simple, pero en la práctica suele ser un desafío. Por tanto, cada ejercicio de meditación consta de tres principios básicos que te ayudarán. Estos tres principios básicos son el código fuente de casi todas las prácticas de meditación.
Cuando los llevas a cabo es solo cuestión de tiempo que comiences a experimentar un estado de relajación meditativa y claridad a la vez, ya que se activa un proceso que te ayuda a conocer mejor tu mundo interior y a ser más hábil a la hora de lidiar con distracciones y resistencias.
1. Centra la atención.
Consiste en centrarnos en un objeto para enfocar nuestra mente. Este enfoque puede incluir nuestra respiración, una palabra que repetimos, sensaciones en nuestro cuerpo o incluso nuestros pensamientos.
A menudo, cuando meditamos, nos enfocamos en nuestros sentidos. Cuando olemos, sentimos, escuchamos o saboreamos escapamos de nuestros pensamientos y volvemos a centrarnos en lo que está sucediendo en el momento presente.
2. Recupera la atención tantas veces como sea necesario.
Cuando nuestros pensamientos vagan, los devolvemos al objeto o enfoque de la meditación. Aunque concentres conscientemente tu atención en un objeto durante la meditación, notarás que durante una práctica de meditación la atención a menudo se desvía. El frecuente deambular de nuestra mente es normal y no significa que estés meditando incorrectamente.
Lo que puedes hacer es recuperarte conscientemente una y otra vez. Todo el proceso es como hacer zoom a un objeto con una cámara. El objeto pasa al primer plano y todas las demás cosas están presentes pero desaparecen en el fondo. Cada vez que nos distraen los objetos del fondo, debemos volver a hacer zoom en nuestro objeto en primer plano. Este proceso a veces se repite un número infinito de veces durante una meditación.
3. Se incondicional.
Aceptar, abrazar y dejar ir. Dejamos pasar todos los pensamientos y sensaciones durante la meditación. Cuando meditamos, es normal seguir escuchando el ruido del tráfico que pasa, todavía sentimos la resaca de ayer, todavía pensamos en el trabajo que tenemos que hacer mañana, y así sucesivamente.
La gran diferencia es que estas distracciones ya no tienen que molestarnos. Mientras meditamos, intentamos no juzgar, sacar conclusiones o pensar en cuestiones secundarias. Tampoco tienes que cambiar, lograr, arreglar o comprender nada. Aceptamos y vivimos nuestra experiencia presente como es ahora mismo.
El resultado de seguir los principios básicos es que durante el transcurso de la meditación se desencadena una respuesta que es exactamente lo opuesto al estrés. La mente se calma, la atención se vuelve alerta y el cuerpo se relaja. Lo interesante de los tres principios básicos de la meditación es que pueden parecerte una técnica o una postura, pero en realidad modelan las propiedades de una mente que está en equilibrio y fluidez natural.

